domingo, 5 de agosto de 2012

Sobre cómo procrastinar durante un año aproximadamente.


Queridos súbditos y súbditas… como diría Darth Vader, I’M BACK, BITCHEZ! No, no es una ilusión, no es un espejismo, no me he vuelto el genio de Aladdín, pero aquí estoy, de vuelta. O algo así. Vamos, es por llamarlo de alguna forma (a ver cuánto me dura el arranque de inspiración). Resulta que estaba yo anoche, a eso de las dos de la mañana viendo Hora de Aventuras (llevo una vida muy plena e interesante), cuando me asaltó una maravillosa idea. ¡Mi blog! Sí, me han vuelto a entrar ganas de ser tan guay como vosotros, así que he rescatado del cajón de mierda los recuerdos esta maravilla de la ciencia (sobra decir que de las artes literarias. Me quito el sombrero ante mí misma).
Pero claro, ¿sobre qué escribo? Se supone que si venía aquí, era porque tenía algo sobre lo que compartir mis pensamientos con vosotros, criaturicas del señor. Entonces, mientras comía (con el estómago lleno se piensa mejor), me ha llegado la iluminación divina: las olimpiadas. Claro, teniendo en cuenta que hoy ha sido el primer día que las he visto (no me juzguéis, tengo cosas más importantes que hacer, como... como... dejémoslo) no tengo gran cosa que decir... yo de deportes no sé mucho, la verdad. Vamos, que el día que me veáis hacer cinco flexiones llaméis al comité de los Juegos Olímpicos de 2016 para que me apunten en un casting o algo (Estíbaliz, que esto no es Operación Triunfo). Pero puedo comentar tres o cuatro chorradas sin interés alguno, como de costumbre. 
A ver, alguna cosilla había leído por ahí de la ceremonia de apertura... tampoco es que me interesase gran cosa, ya que le había hecho el mismo caso que a una canción de Skrillex (no esperéis que mencione títulos, no sé swahili). Pero claro, me puse a botar en la silla de la emoción cuando apareció mi queridísima Jotaká (checkear entradas antiguas, véase Pottermore), lo mismo que cuando vi a Voldemort (es decir, yo) ahí a tamaño grande tó reshuliko siendo derrotado por un arsenal de Mary Poppins (ja, ja, ja, me río en vuestra puta cara, organizadores). 
"Yo venía aquí a hablar de mi libro y me han liao"

Eh, pero la música fue muy buena, eso sí que lo tengo que decir, obviando el marco de "chico ligando con chica por sms en los años sesenta porque sí, PORQUE PUEDEN". También me quedé por razones insospechadas para ver pasar a todos los países (que no son pocos), por suerte no llevábamos el archiconocido chonichándal, aunque no pasaré por alto los sombreros de paja estilo "son las fiestas de mi pueblo" y las fotos canis que más de uno de echó para ponerse de principal en tuenti con un "oLimPiAdaAaaS 2012!!! eTiKeTarSeE eL KeE kIeRaA!!". Qué le vamos a hacer, somos españoles, al fin y al cabo. 
Tampoco sé qué más contar, solo he visto a gente correr más que Sonic después de un chute de speed y me perdí la natación porque, como siempre, vivo con la cabeza en las chimbambas.
Ya sé que esto no es una entrada decente para un blog ni ná de ná, sentíos libres de criticarme y despacharos a gusto mandándome a la mierda, donde Jesucristo perdió una chancleta o a donde queráis (bueno, mejor no me mandéis a Narnia, que en el armario no creo que haya espacio con tanto moderno suelto). Sobra decir que no sé escribir, que me dejé el estilo literario junto con la dignidad al nacer, y demás chorradas. Gracias por leerme, si es que alguien lo ha hecho, cosa que dudo.
Pasad un buen verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario